Muy tematizado

  - ¿No hay ninguna luz aquí? - Preguntó FJ.


- No he encontrado ningún interruptor que funcione. De momento mejor que alumbres con la linterna del móvil antes de que te caigas por las escaleras.- Contesto S. Notaban como la vieja barandilla se movía si apoyaban las manos en ella.


-¿Seguro que es aqui?


Los dos amigos miraron con desaliento a su alrededor, les parecía muy extraño que su amigo T les hubiera citado en aquella dirección para jugar. Pero como buenos aficionados a los juegos de mesa que eran no iban a dejar pasar una ocasión como aquella para juntarse y poder disfrutar solo por haber quedado en una ubicación extraña. Sobre todo después de haber estado recibiendo mensajes tales como: “Este juego es una experiencia unica.” O “Nunca he visto nada parecido.”


Antes de entrar el edificio les dio la impresión de estar abandonado. La puerta principal estaba abierta de par en par. Por dentro la cosa no mejoraba mucho. En el aire flotaba un olor extraño que hubiera podido rememorar al olor del mar pero era más parecido al del pescado podrido. Las luces de los móviles apenas alumbraban el desvencijado parque, el empapelado de la pared roto y despegado, los apliques oxidados y los muebles carcomidos. Solo habían negros huecos donde antes estaban los interruptores de la luz. La idea de que en esas oquedades hubieran cucarachas les ponían los pelos de punta.


- Esto es asqueroso.- Afirmo FJ. S asintió con un murmullo. Se habían detenido en uno de los anticuados y casi ruinosos descansillos. La posibilidad de darse la vuelta y salir de aquel caserón infernal cruzo por sus mentes. "Es una sensación completamente inmersiva"; "Es algo que no podéis perderos." Aquellos mensajes y la curiosidad por conocer aquel juego los carcomia.¿Cómo podía haber impactado tanto a su amigo? ¿De dónde provenía el juego? ¿Cómo era al fin y al cabo? Tenían que verlo.


- SUBID. ESTOY ARRIBA.


La voz, aunque distorsionada, se podía reconocer como la de T. Sonaba como si proviniese de una profunda caverna. S y FJ dejaron de lado sus dudas y se pusieron en marcha para llegar al piso de arriba del todo.


El umbral del pasillo de la ultima planta resplandecía con una luz fantasmagórica. Al atravesarlo contemplaron que se debía a que la habitación estaba iluminada por velas. Docenas de ellas arrojaban luz sobre la enorme mesa en el centro de la sala. Sobre ella se encontraba lo que les había conducido hasta allí: aquel misterioso juego de mesa. Pudieron ver un complejo tablero extendido, cartas, dados y figuritas. La enorme caja de cartón estaba abierta y de ella brotaban antinaturales tentáculos que se retorcían en el aire de manera obscena. Aquello podía haberlos espantado pero era una nimiedad en comparación con lo que le había pasado a su amigo. T era reconocible por su inconfundible físico y la ropa con la que sus amigos estaban familiarizados, pero su rostro era otra cosa. Su cara había desaparecido, no tenia ojos, ni nariz, ni boca. En su lugar brotaban tentáculos como los de la caja de juego, mas finos, pero igualmente inhumanos y perturbadores.


- TENEIS QUE PROBARLO.- La voz de T. sonaba extraña al salir por entre la media docena de tentáculos que se retorcían en dónde hubiera tenido que tener su rostro.


- ¿Hay alguna silla por aquí? - Preguntó S acercándose a la mesa.


- ¿Has leído las reglas? ¿Nos las vas a explicar? ¿Es muy largo? Lo digo por ir pidiendo unas pizzas. Espero que las puedan traer aquí arriba.- FJ estaba impaciente por empezar la partida.

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